viernes, 8 de octubre de 2010

Real Madrid Vs. Bayer Leverkusen - Final Año 2002 "El Mágico Zizou"


Empecé por este partido porque marcó la juventud de mi generación, aquella generación post-torres gemelas, aquella generación de Principio de Siglo que no creía en la Economía, en la Religión, en la Política; aquella generación que tampoco creía en el "Rentado Colombiano", por ser rentado y por la falta de fútbol...de verdad.

Si, este partido fué el emblema de la desconexión de muchos que vivieron en esta época, y que se escapaban del Colegio o del Trabajo para ver 90 Minutos de mucha clase, de mucho despliegue, de sublime estilo de Fútbol; mejor dicho, me sobran los apelativos para hablar de lo que producía un partido como este en el alma de un verdadero amante de este arte.

La Magia de Zinedine Zidane: Disciplina y Talento

También conocido como Zizou, El Mago, Harry Potter, El Mariscal, mejor dicho, el pu%/\$! tenemos que decir que en general, a lo largo de los 90 Minutos de este emocionante partido, no brilló; y no brilló no por falta de clase, por falta de técnica, físico, o por falta de imaginación, no señor, esto se debió principalmente por el tren de guadaña y zapato, por el bombardeo constante, incesante, y a veces, "normal" que brindaban ilustres tractocamiones y caterpillars que hacían parte de aquel digno y sufrido contendor Bayer Leverkusen, tales como Placente, Ramelow, y el campeón de todos, Lucio.

Pero este Mago no Botó el Sombrero, este Harry Potter, como todo un mago de categoría, de clase, de esos Magos Resabiados que saben más por viejos que por magos, tras centro por Punta Izquierda de Roberto Carlos ha desenvainado como todo un Samurai su zurda prodigiosa, esa zurda que pagó su fichaje por parte del Equipo Galáctico, el cual fue el más caro de la historia en el año 2001, y midiendo con la precisión de un fabricante de relojes suizos un balón que venía englobado, y con la imaginación de toda la audiencia puesta en que lo iba a parar para intentar alguna otra opción, a empalmado aquel balón con tal exactitud que despertó a más de uno, que hizo botar la cerveza a más de uno, que encogió el corazón de más de uno, y el cual resultó en un Golazo, un Golazo que fué para mi, el testimonio y la inscripción en la historia de la grandeza de este excelentísimo Señor del Fútbol.

Este suceso fue el punto de quiebre del partido, no por el valor del Gol en si, sino por lo que significó el despliegue de aquel, que llenó de ansiedad y angustía el corazón del rival que se fue al descanso de la primera parte con un golpe del cual no pudo sobreponerse, y que significó el Noveno Título de la Casa Blanca en esta competición.